Cambiar de rumbo tomando la ruta opuesta es inevitable. Alfa Romeo Racing, que a partir del año que viene volverá a llamarse Sauber a la espera de un cambio de nombre en 2026 con la llegada de Audi, no tiene otra opción.

El Campeonato del Mundo de Fórmula 1 2023 está a punto de vivir sus dos últimas citas del año, los Grandes Premios de Las Vegas y Abu Dhabi, con la escudería suiza ocupando tristemente la penúltima posición en el Campeonato de Constructores por delante únicamente de Haas F1.

16 puntos totalizados hasta ahora por Alfa Romeo frente a los 21 de AlphaTauri en pleno ascenso en las últimas carreras y los 28 de Williams, ya inalcanzables a menos que se produzca un resultado contundente en Estados Unidos o Abu Dhabi. Una señal clara que se hace aún más evidente con los adelantamientos del equipo de Faenza, de nuevo en el candelero gracias a las últimas actualizaciones que han puesto en marcha Daniel Ricciardo y Yuki Tsunoda.

El C43, a pesar de haber abandonado el concepto de sidepods adoptado el año pasado por todos los equipos con motor Ferrari, no dio las señales requeridas. Por eso en Hinwil han decidido tomar un nuevo camino, evitando así evolucionar el monoplaza actual para hacer uno completamente diferente, gracias también a la llegada de James Key.

El ex director técnico de McLaren llegó a Suiza tras la remodelación que tuvo lugar este verano en Woking. Una reorganización que tenía aroma de revolución tras el infructuoso inicio de temporada, seguido de la prodigiosa remontada que le llevó a ser el segundo equipo de referencia tras Red Bull, no en la clasificación general, pero sí en rendimiento.

Alessandro Alunni Bravi, director del equipo Alfa Romeo, hizo balance de las decisiones tomadas en torno al monoplaza de 2024 desde la llegada de Key: "James lleva trabajando con nosotros desde la primera semana de septiembre y ya ha contribuido al diseño del coche de la próxima temporada".

"Hemos revisado completamente el diseño del coche junto con él y gracias a su experiencia hemos podido analizar a fondo todas las áreas y tomar decisiones al respecto. Así que el coche del año que viene no será una evolución de éste, porque creemos que tiene limitaciones en el concepto y no podemos evolucionarlo más. Así que tendremos un coche completamente nuevo, desde el chasis hasta la suspensión. Todos los componentes en todas las áreas.

"Está claro que es fácil identificar los problemas, pero luego hay que ser capaz de solucionarlos. Así que estamos trabajando muy duro y nuestro equipo está creciendo. Se nos ha unido gente nueva, que nos ayudará a evolucionar el monoplaza para la próxima temporada. Pero la verdadera respuesta la tendremos el año que viene, en Bahréin, cuando veamos los resultados del trabajo que estamos haciendo hoy.

Alunni Bravi sigue confiando plenamente en sus pilotos. En su opinión, el punto débil sólo se encuentra en el coche esta temporada: "Si somos capaces de proporcionar un coche de alto rendimiento a nuestros pilotos, estoy seguro de que serán capaces de traer a casa los resultados que esperamos. Se trata realmente de darles un coche competitivo".

"No hay problemas con nuestros pilotos, tienen experiencia y hemos visto que pueden llegar a los puntos cuando tienen un coche competitivo en sus manos. La cuestión es tenerlo, necesitamos más rendimiento en cada condición, en cada tipo de pista, con cada situación con los neumáticos y cada componente. Ese ha sido nuestro principal problema este año. Demasiados altibajos y poca consistencia a lo largo de la temporada", concluyó el director del equipo Alfa Romeo.